Muy apreciados/as hermanos/as, pastores y pastoras.
En estos días cercanos al más grande acontecimiento para el mundo cristiano, la llegada del Mesías, Jesús, el Salvador del mundo, reciban un saludo fraterno en la confianza que el niño de Belén les esté bendiciendo y guiando en sus vidas y trabajos.
La Junta General de la IMECH, celebrada el día sábado 12 de Diciembre del presente año, acordó dirigirse a la hermandad. En primer lugar, para agradecerles el valioso esfuerzo y aporte que han hecho para el sostenimiento de la obra en estos tiempos de Pandemia mundial. Asimismo, reconocemos que, como miembros de la Iglesia Metodista, en esta crisis, hemos renovado nuestros compromisos de sostenerla con nuestras oraciones, presencia y aportes económicos para el avance de la obra. Estas tres expresiones, en este tiempo de pandemia, la vemos manifestada en el transitar que hemos estado viviendo como Iglesia, en medio de la virtud de las plataformas tecnológicas que estamos utilizando. Aunque los templos están cerrados, la Iglesia de Cristo sigue viva, las congregaciones oran, celebran su fe a través de estos medios tecnológicos, y sostienen sus compromisos conexionales, a pesar de la crisis económica y sanitaria que afecta al país y al mundo.
La Iglesia sigue caminando incluso en la adversidad de esta pandemia, por lo que cabe señalar y resaltar los esfuerzos que hacen las federaciones, los ministerios, las pastorales, las fundaciones educacionales, directorios, los superintendentes, cuerpo pastoral, agencias, las comisiones, etc., por sostener un programa armónico, aún en esta crisis mundial.
Esto nos recuerda la vida de los primeros cristianos (Hchs. 2:43-47; 2:32-37), que en medio de las profundas adversidades y persecuciones, fueron capaces de mantenerse firmes en su fe y esperanza, y más aún desprenderse generosamente para ir en ayuda de los Santos en Jerusalén (2° Corintios 8 y 9), “Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aún más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los Santos” (2° Cor. 8:3-4).
Institucionalmente, el trabajo de las Iglesias locales, la tarea distrital y nacional, ha dado señales en todos los niveles de establecer programas a través de plataformas digitales, donde hemos visto este tiempo como una oportunidad de poder encontrarnos, conversar, planificar, establecer desafíos y aprender. Pero por, sobre todo, con la firme esperanza de un reencuentro fraterno y afectuoso de su pueblo el día de mañana.
Reiteramos una vez más, el profundo agradecimiento de la Iglesia Metodista de Chile a cada uno.
Gracias queridos/as hermanos/as Metodistas, que Dios les bendiga y les prospere grandemente por su generosidad.
“Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2° Corintios 8:9).
Por Junta General
Obispo Jorge Merino Riffo
Santiago de Chile, diciembre 2020.